domingo, 19 de noviembre de 2017

Diez formas de pensar como un matemático (o de un físico, o de un ingeniero, o de un científico cualquiera)

Diez formas de pensar como un matemático (o de un físico, o de un ingeniero, o de un científico cualquiera)


Adaptado para segundo de bachillerato de  en un artículo publicado por ^DiAmOnD^ el 13 de junio de 2013 en su web Gaussianos, a su vez basado en el libro de Kevin Houston,  10 Ways to Think Line a Mathematician por  Nacho Vallés, profesor de matemáticas de secundaria.

¿Cómo piensa alguien que esté muy metido en las matemáticas? ¿Qué técnicas utiliza para analizar convenientemente las situaciones que se encuentra en sus quehaceres diarios? ¿Hay alguna manera de que cualquier persona pueda llegar a comprender las matemáticas en profundidad? Quizás no, pero lo que sí se puede hacer es seguir algunos consejos sencillos para facilitar esa comprensión y, en su caso, el aprendizaje de las mismas.

Consejos los hay de todo tipo (por ejemplo, “Cómo plantear y resolver problemas”, de  George Polya), y seguro que muchos de vosotros habéis seguido algunos que os han dado vuestros profesores o vuestros familiares. Y estoy convencido de que también vosotros mismos habéis dado consejos “matemáticos” en alguna ocasión. Los que aparecen en esta lectura forman parte de un pequeño manual publicado por Kevin Houston, matemático de la Universidad de Leeds, y bajo el punto de vista del autor de Gaussianos (y mío también) forman una lista bastante interesante de ideas para mejorar el aprendizaje y la comprensión de las matemáticas.


Consejo 1: Pregúntate todo.

Una de las cosas más bellas de las matemáticas es que pueden ser comprobadas, que no tienes que fiarte de la palabra de nadie. Si alguien dice que algo es cierto, tú puedes pedirle que lo demuestre. O mejor, puedes intentar probarlo tú mismo.

Tu reacción ante un enunciado debería ser desconfiar de él e intentar encontrar un ejemplo que muestre que es falso (es lo que en matemáticas se llama un contraejemplo). Aunque al final dicho enunciado resulte ser cierto, el trabajo mental que conlleva esta búsqueda será beneficioso para ti.

Como ejemplo, supón que te dicen que todas las funciones continuas son derivables. Es fácil encontrar un contraejemplo, ¿verdad? (*1)


Consejo 2: Escribe con palabras.

Se entiende que hablamos de escribir las matemáticas con palabras. ¿Cómo nos puede ayudar esto? Las frases son los ladrillos de los argumentos, y las matemáticas (de alto nivel principalmente) tratan de argumentos en forma de demostraciones (¡no solamente de obtener la respuesta numérica correcta!).

Escribir con palabras en vez de con símbolos te obliga a comprender muy bien el tema del que estás hablando y a pensar muy cuidadosamente tus argumentos. Si no puedes escribirlo bien en una frase quizás es porque no lo has comprendido a la perfección.
Recuerda que si, de forma sencilla una función es continua si se puede dibujar de un solo trazo y es derivable si su variación es suave, no hay puntos angulosos, expresa, con tus propias palabra por que la derivabilidad es una condición más fuerte (o más restrictiva) que la continuidad.


Consejo 3: ¿Qué ocurre con el recíproco?

Los enunciados tipo A-->B aparecen continuamente en matemáticas. Podemos traducirlo como “Si A es cierto, entonces B es cierto”. El recíproco de A-->B es B-->A.

Ante un enunciado tipo A-->B, un buen matemático se preguntará si el recíproco también es cierto por la sencilla razón de que no tiene por qué serlo. Ahí va un ejemplo:
El recíproco de la expresión (cierta) siguiente “Si nací en Madrid, entonces nací en España” es
“Si nací en España, entonces nací en Madrid”, enunciado que, claramente, no tiene por qué ser cierto.

Por tanto, plantéate si el recíproco es cierto o no, ya no solamente por la propia veracidad o falsedad del recíproco en el caso que estés estudiando, sino porque ese esfuerzo que realizarás te ayudará a mejorar tus habilidades matemáticas.

Ahí va otro ejemplo relacionado con el anterior: “Toda función derivable --> es continua”, ¿es cierto el recíproco”. (*2)


Consejo 4: Usa el contrarrecíproco.

El contrarrecíproco de un enunciado tipo A-->B  es  no-B --> no-A

Por ejemplo, el contrarrecíproco de “Si nací en Madrid, entonces nací en España” es “Si no nací en España, entonces no nací en Madrid”

Para mucha gente es sorprendente que sea así, pero la realidad es que la veracidad o falsedad del contrarrecíproco es la misma que la del enunciado inicial. Esto es, ambas sentencias son equivalentes: si una es falsa la otra también, y si una es verdadera también lo es la otra.

Esto debería aprenderse correctamente, ya que el contrarrecíproco se utiliza con bastante frecuencia tanto en las demostraciones matemáticas como en nuestro razonamiento diario.

Otro ejemplo de contrarrecíproco lo utilizamos muchos cuando estudiamos la derivabilidad de funciones a trozos, ya que f dvble. en a --> f ctna. en a, recordad que solemos estudiar primero la continuidad y usamos que si f no-ctna en a --> f no-dvble en a, no existe f'(a).



Consejo 5: Considera casos extremos.

Los resultados obtenidos al aplicar un teorema a los casos triviales y extremos de las hipótesis puede ayudar a su comprensión: ¿qué pasaría si cierto número es 0 ó 1? ¿O si consideramos la función trivial f(x)=0? ¿Qué ocurriría si tomamos el conjunto vacío? ¿Y la sucesión {1,1,1,…}? ¿Qué obtenemos con un círculo o una recta?

Por ejemplo, utilizando un “caso extremo” es sencillo mostrar que el siguiente resultado es falso:
Teorema“:  Dados a,b,c,d números enteros, si ab=cd  y a=c, entonces b=d. (*3)


Consejo 6: Crea tus propios ejemplos.

Un matemático crea sus propios ejemplos, tanto ejemplos estándar como ejemplos extremos, e incluso no-ejemplos.

Veamos uno. De todos es sabido que la solución de una ecuación de segundo grado ax^2+bx+c=0 se obtiene con la fórmula archiconocida . Construye ahora una ecuación de segundo grado sabiendo que sus soluciones han de ser x=1 y x=3. Esto es más complicado que lo anterior, pero por contra nos permite aprender mucho más sobre matemáticas.

Por tanto, dado un método para resolver un cierto tipo de ejercicios es interesante revertir el proceso y crear nuevos problemas yendo del final al principio.

Otro algo no-ejemplo algo más complicado es el método utilizado para calcular los máximos y mínimos de una función. Vamos a quedarnos con el método simplificado:
Dada una función f(x) , calculamos su derivada, f'(x), la igualamos a cero y resolvemos la ecuación resultante. Los puntos obtenidos son los posibles máximos y mínimos del problema.

Después calculamos la segunda derivada, f''(x), y sustituyendo dichos puntos en ella los clasificamos como máximos, si el valor obtenido al sustituir es negativo, o mínimos, si el valor obtenido al sustituir es positivo.

Con este procedimiento podemos calcular los máximos y los mínimos de una función dada siguiendo estos pasos. Ahora, ¿y si nos piden lo contrario? Es decir, ¿y si nos piden crear una función que, por ejemplo, tenga un máximo en x=1 y un mínimo en x=3.  (*4)


Consejo 7: ¿Dónde se usan las hipótesis?

A menudo comprender la demostración de un resultado es muy complicado. Esto es algo esperado, ya que en muchas ocasiones en las demostraciones no se entra en dar una idea sobre el enunciado del teorema en cuestión o en cómo se descubrió dicha demostración. En definitiva, comprender las demostraciones es una de las cosas más difíciles a las que puede enfrentarse alguien en matemáticas (recuerdas eso del qed o cqd que aparece en los libros de matemáticas, pues una de sus funciones es para advertir al lector de que la demostración ha acabado y ya puede volver a comenzar a volver a intentar entenderla) (*5).

Por ello es importante tener alguna idea sobre cómo comenzar a entender una demostración. Y analizar las hipótesis del teorema es un buen comienzo. Investigar dónde se utilizan las hipótesis de nuestro teorema puede ser de gran ayuda a la hora de comprender la demostración. Y encontrar “hipótesis ocultas” (por ejemplo, viendo si dentro de la demostración se usa algún otro resultado que tenga sus propias hipótesis) también puede ser interesante. Además, si encontramos algún resultado que se utilice varias veces a la hora de demostrar teoremas quizás eso indique que el resultado es muy importante o muy útil, por lo que posiblemente nos convenga aprenderlo bien.


Consejo 8: Comienza por el lado complicado.

Éste es un consejo interesante a la hora de probar que una igualdad es cierta. Para ello, generalmente es mejor comenzar por el “lado difícil” de la misma y realizar operaciones en él para simplificarlo y así intentar llegar a la expresión que tenemos al otro lado.

Por ejemplo, para demostrar que tg x + coto x = 2 cosec 2x   tales que x sea distinto nπ/2, para cualquier n entero, es mucho mejor comenzar por la parte “más complicada”, la que tiene “más cosas”, la de la izquierda, y realizar operaciones en ella hasta obtener la de la derecha, os lo dejo como ejercicio.   (*6)

Partir de la igualdad completa y realizar operaciones o reordenaciones en ella puede no ser lo más adecuado, ya que corremos el riesgo de caer en razonamiento circulares o incluso de suponer como cierto lo que queremos demostrar sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo.


Consejo 9: Pregúntate qué ocurriría si…

A los buenos matemáticos les gusta preguntarse “¿qué pasaría si…?”. Por ejemplo, “¿qué ocurriría si elimino cierta hipótesis?”. Pensar en esto quizás nos ayude a ver mejor por qué cierto resultado es cierto o por qué una definición es como es. Y hasta podríamos encontrar un nuevo teorema debilitando las hipótesis si encontramos alguna que no sea necesaria.

Otro ejemplo. Con frecuencia los objetos matemáticos son conjuntos de elementos que cumplen ciertas condiciones. Y a partir de ciertos conjuntos podemos construir otros conjuntos nuevos. Pues es interesante preguntarse si estos conjuntos nuevos “heredan” las propiedades de los antiguos. Por ejemplo, si f(x) y g(x) son dos funciones continuas en x=a, ¿también lo será la función cociente f(x)/g(x)?  (*7)


Consejo 10: ¡Habla!

Cuando Sir Christopher Zeeman fundó el Instituto de Matemáticas de la Universidad de Warwick, una de sus ideas clave para fomentar una atmósfera matemática fue que hubiera pizarras en los pasillos (además de en las clases), para facilitar que la gente pudiera hablar con los demás y explicar su trabajo en cualquier momento (el instituto Isaac Newton de Cambridge tiene pizarras en los baños y hasta en el ascensor…que sólo recorre dos plantas).

Son muchas las ventajas de comunicar tu trabajo a otros. Por un lado, al explicarlo te fuerzas a pensar con claridad. Y por otro lado, puedes aprender de los demás, ya que ellos pueden sugerirte ideas para resolver un problema o avanzar en él o, por otra parte, pueden encontrar errores en tus razonamientos.


Como se decía al principio, tenéis ante vosotros una interesante lista de consejos para pensar “como un matemático”. Creo que todos son muy acertados y muy necesarios para que nuestra mente se acostumbre a pensar de forma matemática. De todas formas, seguro que hay más ideas interesantes que no aparecen en esta lista.


NOTAS:
(*1) Solo tienes que considerar la función valor absoluto, y=|x|, que es continua en todo R,  pero derivable en R excepto el 0.

(*2) No lo es, la nota (*1) sirve como contraejemplo de que, en este caso, el recíproco no es cierto. En matemáticas, el uso de contraejemplos es muy común. Os recomiendo la lectura, para un futuro próximo tal vez, del libro “Pruebas y refutaciones” del matemático y filósofo húngaro  Imre Lakatos.

(*3) No es cierto en el caso en que a=c=0, ya que, p.e., 7 · 0 = 3 · 0  y 7 no es igual a 3.

(*4) Evidentemente, f(x) ha de ser tal que f(x)=A(x-1)(x-3)=A(x^2-4x+3), para que se anule en 1 y en 3. El efecto de A (A>0 ó A<0 ajustar="" al="" el="" es="" hacer="" m="" nimo="" o="" para="" span="" ximo="" y="">la f''(x), para que se correspondan el máximo y mínimo pedido. Solo queda pensar cómo debería ser f(x). ¿Te atreves?

(*5) Las siglas cqd ó qed son las que se suelen usar al acabar una demostración de un teorema y significan “como queríamos demostrar” o, en latín, “quod erat demonstrandum”. También hay quien utiliza qelqqd (qué es lo que queríamos demostrar).

(*6) Para la demostración debes recordar que 2 sin x cos x = sin 2x.  La coletilla x distinto de nπ/2 se usa para asegurarse de que tanto sin x como cos x son, ambos, distintos de cero y así existen tanto la tg x como la cota x (y la cosec 2x).

(*7) Eso será cierto siempre que g(a) sea distinto de 0.


Nacho Vallés.